sábado, 10 de enero de 2009

Adiòs Amor

Bueno compitiendo con mi amiga Jani...en canciones, poemas...y varios (hoy no fue el caso de el taca taca, actividad que siempre soy la reina)encontrè un cuento que me encantò...

leanlo es precioso!!!!!!!!!!




Si amor, tu canción… ya acabe de hacerla,
me brindaste tu corazón, tu comprensión, tu apoyo y lo único que pediste fue eso; si amor versos teñidos de sentimientos indescifrables la adornan, apodos enternecedores que jamás pronuncie por miedo al rechazo… que idiota al no haberte dicho cada día ese amor que con el paso del tiempo iba creciendo mas y mas en mi pecho, pero al transmitirlo se convertía en hielo en una espesa niebla de una sensación escalofriante que me impedía actuar, que idiota amor; que idiota fui, al no confesarte cada día ese sentimiento refulgente en mi pecho cada vez que te veía, que idiota fui amor; ahora solo te ofrezco esta canción ignorando si aun en ese sitio la caligrafía es igual a la de los seres que posemos signos vitales espero la leas algún día, la dejo allí junto al lugar donde ahora yace tu cuerpo; ese cuerpo que tantas veces como rayos de sol despejo mis días opacos, adiós amor, mi canción esta hecha de silencio, de las palabras amorosas que nadie jamás dijo por temor a una cruel burla, ya no me importa gritarlo frente a los seres que me rodean ya no me importa nada, por que en mi mente ahora solo debo hacerme a la idea de que tu ya estas muerto.



cariños...y estoy en espiritu...jajaja




ta bueno....hay q reir no mas...si el problema no es que los hombres no escuchen, sino que no hablen jajaja, pero en el fondo esa incertidumbre es divertida...(que corra el 4 vaso jajjaa)

martes, 6 de enero de 2009

El Otro Yo / Mario Benedetti

Mi sueño conocer el Tibet.....


El Otro Yo


Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: "Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable".

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.



PD: nùnca di muerte ha mi Yo...fue una mentira...lo descubri intrusiando en mi el otro dia...pero luego se duerme...me traiciona mi Yo