domingo, 30 de noviembre de 2008

El retiro

"Mi corazón es un balde vacío.

Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco

Me invoco a mí mismo y nada encuentro.

Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.

Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan.

Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,

Veo los perros que también existen,

Y todo esto me pesa como un condena al destierro,

Y todo esto es extranjero, como todo.)

Viví, estudié, amé y hasta creí,

Y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.

En cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,

Y pienso: tal vez nunca hayas vivido ni estudiado ni amado ni

creído

(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer

nada de eso);

Tal vez hayas existido apenas, como un lagarto a quien cortan

la cola

Y que es cola más acá del lagarto que se retuerce.

Hice de mí lo que no supe,

Y lo que pude hacer de mí no lo hice.

Vestí un disfraz equivocado.

Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me

perdí.

Cuando quise arrancarme la máscara,

Estaba pegada a la cara.

Cuando la arrojé y me vi en el espejo,

Ya había envejecido.

Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había

quitado.

Arrojé la mascara y dormí en el vestidor

Como un perro tolerado por la gerencia

Por ser inofensivo"
Fernando Pesoa. Corazòn de Nadie.

1 comentario:

hapuc dijo...

creo que aprnederé mucho de tú honestidad, de esa sencillez, eres igual de terca que alguien que conozco...

Y no te irrites con la palabra locura, porque te lo diran muchas veces y serás catalogada de loquita...

bendiciones
del altisimo